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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Cascos Blancos

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En català aquí:    _ _ _ _ _ _ _ _ _   (Este articulo fué escrito semanas antes de la muerte del Aylan Kurdi, niño cuya foto en una playa  impacto a la población y antes de los aconteciomientos de las ultimas semanas con los refugiados en Europa y publicado en la revista El Portal de Centelles) Las imágenes de las personas llegando a las fronteras de la Unión Europea por tierra o por mar son impresionantes. En este éxodo estando muriendo muchas personas en el mar, y una vez en tierra firme encuentran la inhumana acogida de Europa, que se creía ser la cuna de los derechos humanos. Siria tiene una población de 20 millones de personas. De éstas, 10 millones han tenido que dejar su casa, 6 millones desplazándose dentro de Siria (en zonas más seguras) y 4 millones huyendo del país. Huyendo a 5 países vecinos: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Sólo unos 350.000 de estos 4 millones han llegado a Europa. Las cifras ayudan a contextualizar realmente el problema. Pero volvamos a

Cooperantes, una pieza más de un complejo sistema

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Con motivo del  Dia del Cooperant e, 8 de setiembre he escrito un articulo para la  CONGDE,  que se ha publicado en  Planeta futuro  y también podeis encontar allí Livingstone y Stanley fijaron hace años el imaginario del aventurero. Los misioneros continuaron exportándolo. Con el paso de los años, añadimos al imaginario el vector filantrópico y… voilà, ya tenemos nuestro prototipo de cooperante. Un modelo que a veces raya la imagen de superhéroe y con la que las ONG de Desarrollo no nos sentimos muy cómodas. No. Esta imagen, como todas, tiene dos filos. Por un lado lleva incorporada una visión del mundo geocentrista: países que ayudan y son buenos, frente a los que reciben y no son tan buenos. Por el otro, es innegable el trabajo que muchos y muchas cooperantes realizan de la mano de movimientos locales en contextos en los que los retos son brutales y las oportunidades de cambiar la realidad, aparentemente nulas. La experiencia nos ha hecho comprender que contar con personas

Navegando en un viejo laúd, dos sensaciones.

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Ayer unos amigos, Jaime y Olga me hicieron un regalo que me hacen casi cada dos años. Una excursión con un viejo laúd de madera de su padre. Es un laúd que respira autenticidad por todos los lados y que funciona al ritmo de un viejo motor ruidoso y acompasado de más de 80 años. Su ruido no siempre armónico, hace sospechar continuamente que en algún momento se parará, sobre todo después de ver lo que ha constado arrancarlo. Todo es muy básico en un laúd, y la comodidad no es su fuerte. Es para vivir la autenticidad y sentir el mar. Los desplazamiento por dentro no son sencillos y el movimiento del laúd dificulta cualquier operación. El lugar para sentarse hay que inventarlo porque no es evidente. Las olas marcan rítmicamente el movimiento de sube y baja del laúd, especialmente cuando la mar está un poco agitada. La sensación de mar abierto, una "fluixa" con la que intentamos pescar, (normalmente sin éxito), un costa de acantilados, cuevas y entradas acaban de converti