El hambre de 795 millones


La FAO ha publicado su informe anual sobre el hambre. En el mundo pasan hambre 795 millones de personas. Ha disminuido el número de gente que pasa hambre en relación al 2014 pero se ha desacelerado el ritmo con el que la cifra disminuye. Y la disminución es muy desigual porque esta muy focalizada en países emergentes como China y Brasil y muy ralentizada en África.

La desigualdad, el acaparamiento de tierras y los biocombustibles son algunas de las nuevas causas del hambre en el mundo y de este desaceleramiento en el exito en combatirla lucha. Actualmente en África los especuladores acaparan cada segundo la tierra equivalente a un campo de fútbol expulsando al mismo tiempo a sus originales pobladores. Atacar de raíz estas causas es estratégico, urgente y primordial, si queremos acabar con el hambre en el mundo.

Es indignante y moralmente inaceptable que 800 millones pasen hambre en el mundo, sabiendo que tenemos los medios para acabar con esta lacra de la humanidad. En el año 2000 todos los países del mundo acordaron ocho objetivos para reducir la desigualdad y la injusticia en el mundo, los llamados Objetivos del Milenio. Se criticaron en aquel entoces porque eran poco ambiciosos ya que por ejemplo el objetivo numero uno proponía “Reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre”, que el año 2015 hubiera supuesto tener "sólo" 500 millones de personas que pasaban hambre. Y no sólo no lo hemos conseguido sino que pasan hambre casi el doble, 795 millones. Estas 795 millones de personas con hambre conviven en el mismo mundo donde hay millones de personas con problemas de obesidad o que invierte cantidades inverosímiles de dinero en dietas y programas para adelgazar.

Pero hay mucha más familias en el mundo  (a parte de los 795 millones que pasan hambre) que destinan el 70-80% de sus ingresos totales a su alimentación. Todo este conjunto de personas vulnerable puede encontrarse de la noche a la mañana, repentinamente, pasando de sobrevivir a padecer hambre solo con cualquier mínimo cambio de precios de los cereales o de cualquier alimento básico, como ya ocurrió en 2008 con la crisis de los alimentos.

En el mundo hay comida suficiente para que 10.000 millones de personas coman los mínimos esenciales o sólo para 1.500 millones en función de la dieta que consuman. De nuevo la desigualdad. La gran industria alimentaria está más preocupada por los beneficios empresariales que por los derechos humanos o el sistema alimentario mundial y esto es un grave problema de legitimidades entre intereses particulares de unas pocas empresas frente a los derechos colectivos de las personas y de la humanidad.

Los derechos de las personas -como siempre- deben estar por encima de los intereses particulares. Sin visión global, las decisiones que tomemos como personas o como país pueden ser irresponsables y poco éticas.


                     Articulo publicado en la columna mensual de la revista El Portal de Centelles. 
                                                                                                                            (Num 250 Junio2015)

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