¡Basta de armas!

Cuatro entidades, Greenpeace, Amnistía, Oxfam Intermón y FundiPau han denunciado el incremento de ventas de armas españolas en el último año. En 2015 España exportó por valor de 3.924 millones de euros y en 2016 por 4.362 millones. Aquí está la raíz de los problemas. Y lamentablemente este tipo de noticias tienen poca difusión y lo vemos en pocos medios.

Y el problema no es sólo el incremento sino el destino. La venta de armas a países como Arabia Saudita, Irak, Bahrein, Brasil, Colombia, Egipto, Israel y Turquía, conlleva el riesgo de que sean destinadas a cometer o facilitar graves violaciones de los derechos humanos. Y por lo tanto, de acuerdo con los artículos 6 y 7 del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), donde dice que "no se pueden autorizar armas para cometer atrocidades", no deberían vender armamento ni munición a ningún de estos países.

El ministerio de defensa parece tener un permiso especial para saltarse el presupuesto inicial cada año (se amplía sistemáticamente año tras año al final del ejercicio) y para saltarse la legislación, permitiendo que se vendan armas a quien legalmente no puede.

Esta es una de las claves del conflicto. El comercio de armas es una de las razones de la existencia de refugiados en el mundo. De la existencia de hambres. De violaciones. Y de asesinatos de activistas por los Derechos Humanos, que normalmente quedan impunes.

Nos podríamos encontrar en pocos días con otra portada al "Times" con una niña yemení famélica agonizante. Y una vez más parecerá que el hambre en Yemen es una fatalidad, que ha caído del cielo. Difícilmente ningún medio analizará qué armas y qué munición mantiene la guerra en Yemen. Si lo hacen, encontrarán que el hambre lo causa la guerra, y que la guerra la mantienen municiones, fragatas y armas que vienen también de España. Vienen de una autorización de un parlamento o gobierno que se ha saltado todos los controles legales para hacer de la muerte de personas lejanas, un negocio personal.

Nos ha costado más de 20 años de campañas tener una ley porque ahora se la salten. Casi que preferiríamos que todos hicieran como el presidente Trump, que se quitaran la careta y supiéramos verdaderamente a quien hemos votado y quien está tomando decisiones como éstas en nuestro país.
Quizás así conseguiríamos que todo esto cambiara de una vez por todas. No queremos ser cómplices de ninguno de estos asesinatos.

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Més informació: Informe  El riesgo de la complicidad en la comisión de crímenes de derecho internacional 


Artículo publicado en la revista "El Portal" de Centelles num. 274 de Junio del 2017









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