Los respiradores de SEAT, un indicador.

Según el estudio de Oxfam Intermón "Escojamos dignidad, no indigencia" esta pandemia puede poner fin a la vida de 40 millones de personas. Y sumir en la pobreza a 500 millones de personas más. Como siempre, el mayor impacto será en los países empobrecidos y más vulnerables, donde la falta de estructura sanitaria impedirá atender a los afectados. En Mali por ejemplo hay tres respiradores por cada millón de personas.

En nuestro país hemos tenido que correr para evitar el colapso de hospitales y UCIS. Teníamos un sistema sanitario castigado por los recortes, pero con calidad todavía. Y este sistema sanitario ha necesitado que por ejemplo, empresas como la Seat, se pongan a fabricar respiradores. Me ha parecido genial esta capacidad de adaptación de una multinacional. Esto dice mucho de las personas que trabajan en ella y que lo han propuesto. Es un signo del cambio que podría llegar.

Hace dos días vimos a la prensa que habían dejado de fabricar ya que la demanda en España ya está cubierta.

Este es un síntoma que no hemos acabado de comprender del todo, el cambio que tenemos que hacer. Que la demanda en España esté cubierta, es una anécdota geográfica, no un límite de responsabilidad humana. Sabiendo que 40 millones de personas pueden perder la vida, tal vez no es el momento de parar de hacer respiradores.

He cogido el ejemplo de Seat porque me parece ilustrativo. No quiero criticar la actitud ejemplar que tuvieron, sólo la uso para ilustrar que algo nos sigue fallanado a todos (no a Seat) cuando pensamos que la ética y la responsabilidad termina en Gibraltar o en La Jonquera.
Si algo nos demuestra el coronavirus, es que nuestras fronteras y los ejércitos que las tienen que defender, se han vuelto inútiles a partes iguales. 

Lo que ha sido importante siempre, lo que importa ahora y seguirá importando en un futuro son las personas, allí donde estén. "Esta pandemia no es una guerra, es un test de nuestra humanidad" ha dicho Frank Walter Steinmeier, presidente de Alemania.

Gracias SEAT por la capacidad de adaptación pero alerta a todos y todas porque la situación nos pide ir más allá todavía. 
Pensar en global, pensar en humano, no puede tener límites ni mentales ni geográficos.


Más información:
Este artículo está escrito después de estos otros dos, que nos dan dos posibles escenarios de salida de esta crisis:

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