¿Qué pasa en Bangui?

La República Centroafricana es poco conocida. Quizás os suene el nombre de Bangui, la capital, y la cruel guerra entre "musulmanes y cristianos" que hubo en el 2013.
Como en la mayoría de conflictos internacionales, nunca nos acabamos de saber exactamente qué pasó realmente, ni por qué, ni tenemos más datos del país, ni sabemos qué pasa con la gente después de los estallidos de violencia. Los períodos de post-conflicto parar las ONGD son muy complicados y uno de los peores dolores de cabeza, porque la actuación pueden formar parte de la solución, o generar nuevos problemas.

Los barrios de Bangui continúan desiertos. Las casas destrozadas y nadie ha sacado los restos de coches quemados. La vegetación que lo va invadiendo todo revela que la destrucción no es reciente.

La gente sigue en campos de refugiados que tienen un denominador común: el miedo y el abandono internacional.
El miedo es el peor y el más bloqueante de todos los sentimientos. Pero no se puede recriminar que tengan miedo los que han vivido los actos de violencia más crueles.
El arma más efectiva de cualquier guerra, no es ningún fusil, ni bomba, ni tanque ni soldado; el arma más efectiva es el miedo. Y la gente vive con miedo. Nadie quiere volver donde vivía. Por no revivir lo que allí pasó, pero sobre todo por temor a que vuelva a pasar.

Las comunidades a menudo desconocen que hay en realidad detrás del odio del otro bando, y ahora todas las personas de buena voluntad de los dos bandos tienen miedo a las del otro. No es fácil volver a confiar con tanta muerte por medio.

Oxfam Intermón trabajamos acompañando estas comunidades olvidadas en su esfuerzo de recuperar cierta normalidad y reconstruir la confianza. Los apoyamos al generar las mínimas seguridades (medidas de protección que ellos eligen), proveemos agua potable y alimentos, y construimos alcantarillado. No deben permanecer aquí para siempre, pero ahora hace falta tiempo.
Las verdaderas razones del conflicto van más allá de una guerra de religiones. Los diamantes y las tensiones entre agricultores y nómadas tienen un papel. Y el proceso de reconciliación debe abordar estos problemas

No es fácil resolver algunos problemas de siglos, no se puede hacer deprisa, ni es sólo una cuestión de dinero. Como en todo, los procesos y cómo los hacemos, son los que abren o no, vías de solución reales. Espero poder explicaros algún día, que en Bangui, sus mujeres, sus hombres y sus niños han vuelto a los barrios, han vuelto a casa y que la vida se ha normalizado.






Articulo publicado en la columna mensual de la revista El Portal de Centelles (Num 252 Agosto2015)

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